Por A. Armando Anaya H.
Nos
gustaría comenzar conociendo cómo era el niño Roberto, cómo está compuesta su
familia, cómo era el lugar donde vivía?
Provengo de una familia de clase media. Mis
padres y 3 hermanos. El lugar, un barrio de gente trabajadora, sencilla; un
barrio donde todavía educaba el clan persona, los vecinos y el entorno. Como
niño una fortuna: un sitio baldío donde jugar todo el día se podía jugar a la pelota, la única y mayor distracción en
aquella época. Escuela primaria y secundaria, sin grandes sobresaltos ni las
exigencias actuales. Íbamos al colegio caminando (10 cuadras).
¿Cómo
se dio tu llegada al fútbol profesional?
Dos prácticas con Peñarol para evaluarme y
a los 19 años quedé enlistado en ese gran equipo.
Fue
mi pronto, seguramente al poco tiempo ya estabas debutando en primera...
Sí, inicié en fuerzas básicas 6 meses y al
año ya estaba alternando en primera división. Una gran ventaja: practicar con
jugadores que habían sido baluartes en el famoso “Maracanazo”. William Martínez
y Omar Miguéz y otras figuras que nos hicieron muy agradables los primeros años
de profesionales! Como decimos en Uruguay "iniciamos acompañando la
carreta!
Por
otra parte, platícanos un poco acerca de ¿Cómo se dio tu llegada a México?
El entrenador de Uruguay en 1970 me trajo a
México ya que él estaba dirigiendo al San Luis Potosí. Su nombre Juan E. Hoberg.
Llegué en 1973, jugué un año ahí y posteriormente dos años en Toluca, donde me
retiré.
Muy
bien. Ahora háblanos de tu paso como Director Técnico. ¿Qué recuerdos tienes de
aquellos momentos con Veracruz donde todos hablaban de la Tiburomanía? También te recuerdan muy bien en Monterrey...
En Veracruz me encontré con un equipo de
muy buenos jugadores! Me ayudaron enormemente por su calidad y por ser gente de
más de 27 años. Ya con muchos años en primera. En Monterrey estuve un año en
básicas y a los dos años dirigí el primer equipo.
En
qué va a consistir tu charla en el marco del Congreso de Entrenadores? Las
personas que asistieron la vez pasada ¿Qué novedades van a encontrar?
La charla seguirá insistiendo en el
desarrollo del talento (inteligencia en acción) y la gran responsabilidad del
entrenador actual como formador (que todos los niños y jóvenes que están bajo su
orientación sientan que les aporta ideas claras, que su prédica vaya de acuerdo
a su integridad personal, que la variedad en su entrenamiento sea una
constante, su humanismo por encima de cualquier resultado, y que los haga
sentir que IMPORTAN como personas).
El entrenador actual tiene una maravillosa
oportunidad de formar PERSONAS, a través de solo lo que el deporte puede hacer,
sin que ellos se den cuenta: entrenar
VALORES y que sepan desde niños "tomar la vida en sus manos!
Armando, hay que seguir insistiendo en los
roles, muy variados, de un entrenador. De lo que sea. Pero hay que centrarse en
la gente, en formar ciudadanos a través del deporte porque no todos serán Leo Messi,
pero lo que aprendan de nosotros que los tenemos entre 6-10 horas por semana
tiene que ser una época de aprendizaje inolvidable.
¿Vale más una medalla que la formación? O ¿Es
la formación la parte más importante de la medalla?
Tanto tú como yo, recordamos más a las
personas, maestros o profesores, que nos hicieron sentir bien, más que
recordarlos por lo que sabían...
Excelentes
pensamientos. No me queda más que como siempre, agradecerte por todo lo que
haces por la niñez mexicana, los padres de esos niños y desde luego por todos
nosotros, los formadores del fútbol.