Una vez le preguntaron a un niño con qué
equipo se deseaba quedar porque sus padres ya no tenían tiempo para llevarlo a
entrenar a dos sitios distintos. Un equipo era la selección de su colegio con
todas las comodidades: vestidores limpios y bien iluminados, desayunos
nutritivos y a tiempo; uniformes de marca internacional; un cuerpo técnico
profesional, etc. El otro era el equipo del papá de un amigo. Un grupo de niños
que pagaban sus arbitrajes, que cooperaban para sus uniformes y nunca tenían
donde entrenar. La respuesta sorprendió
a los adultos: el niño decidió quedarse con el segundo, porque ahí se divertía
jugando al fútbol, mientras que en el primero las cosas se terminaron haciendo por obligación bajo la excusa de que "eso es lo mejor para tí, te exigimos por tu bien, esto te va a dar temple".
Hay quien su fanatismo lo lleva a decir que
“el corazón de un futbolista no puede dividirse” Lo que en mi opinión es una
idea descontextualizada pues los niños en primer lugar todavía no entienden eso
del sentido de pertenencia y juegan por dos motivos: 1) por el placer que les ocasiona
el juego mismo o 2) porque los padres los llevan.
En segundo lugar, pareciera que jugar con
dos equipos, para los adultos fuera una deshonra, porque los quieren ver
entrenando los siete días a la semana con el equipo que al adulto le agrade, no
en el que el niño se sienta mejor.
Quizás en los años sesentas, jugar en dos
equipos era mal visto sobre todo en los barrios, porque presumir que tal o cual
jugador salió de X club, era motivo de prestigio social. Incluso algunas
estrellas del balompié maduraban en primera división y eran conocidos como “los
oriundos de…”
Hoy en día las cosas son muy diferentes. 1)
el reconocimiento ya no se lo lleva el barrio que fue “la cuna” sino el oportunista que lo colocó, 2) el niño
DEBE hacer muchas cosas a lo largo de la semana (talleres de lectura, apoyos en
tareas, natación, idiomas, computación, Kumon, etc) y jugar en un equipo es una
de tantas cosas más.
Sin embargo hay poblaciones donde no hay
mucho que hacer en las tardes y jugar en dos equipos se convierte en NO lo más
adecuado o relevante, sino en lo ÚNICO.
Mientras sean niños que jueguen donde mejor
se sientan ellos, no sus papás. Cuando sean adolescentes y los hayan
seleccionado, entonces tendrán que elegir el lugar que garantice mejores
condiciones de desarrollo porque no por ser parte de un equipo donde el
entrenador ofende y sobaja, quiere decir que tengas que aceptarlo con tal de
presumir que formas parte de eso.
Hubo quien no debutó en primera división
porque seguía jugando a escondidas con el equipo del barrio porque si no lo
hacían era “presumido, poco agradecido, jodido venido a más, etc.” Una vez se
lesionó el domingo y el lunes el preparador físico lo notó. Lo demás ya se lo
imaginarán…