¿Por qué fracasó Chepo de la Torre con la selección?


¿Por qué fracasó el Chepo de la Torre?
·         Algunos aspectos que habría que tomar en cuenta todo director técnico al implementar un sistema de juego.

Por D.T. Armando Anaya,
Coordinador General de la Asociación de Entrenadores de
Fútbol Formativo Futbolscopía A.C.


Luego de la derrota de la selección mexicana de fútbol ante Honduras en el estadio Azteca el pasado 6 de septiembre, la Federación Mexicana de Fútbol despidió a José Manuel de la Torre de la dirección técnica del equipo. Al principio los resultados iniciales parecieran que todo iba a ir bien y que se calificaría caminando como hace cuatro años a Sudáfrica. La historia fue otra, se cometieron errores de todo tipo y la selección en este momento se encuentra en el cuarto sitio de seis equipos, en la zona de FIFA más débil futbolísticamente hablando.

¿Pero qué fue lo que pasó desde el punto de vista de la dirección? Este artículo no pretende descubrir la verdad porque sería ingenuo y bastante irresponsable; lo que deseamos es poner sobre la mesa algunas razones que llevaron al mal funcionamiento a un equipo de fútbol.

Primero comenzaremos por señalar que una cosa es encontrar en todos los niveles de juego entrenadores informados (aquellos que poseen datos, técnicas, etc.) y otra es los conocedores (aquellos que lo poco o mucho que saben a nivel teórico, lo saben convertir en saberes aplicables, es decir conocimientos)
El cuerpo técnico impuso un sistema de juego basado en una línea de cuatro defensores, dos medios de contención, dos volantes por afuera, un enganche y un centro delantero. Sistema que en varios países y niveles de competencia ha confirmado su eficiencia y sus resultados. Sin embargo al “chepo” las cosas se le fueron complicando y al final varios jugadores como Andrés Guardado o Carlos Salcido mencionaron a la prensa que entraban a los partidos un tanto confundidos y temerosos. Entonces surge otra cuestión ¿Qué provoca en un futbolista de alto rendimiento que salte a la cancha en ese estado anímico? Los constantes cambios de posiciones habituales a los que se somete al mismo jugador, no tener un grupo base, adolecer de facilidad de palabra o de recursos didácticos para convencer etc., Las respuestas:

-          Podrá haber capacidad de organización y planeación de los entrenamientos, carácter, recursos humanos de sobra, pero si no hay una charla abierta y clara que contribuya a la retroalimentación desde un principio, lo único que habrá serán dudas hasta en el más experimentado de los jugadores.
-          El cambio se acepta más fácilmente cuando se comprende por parte de los jugadores: eso implica explicar las razones de las decisiones y no solamente dar órdenes, imponer y esperar a que se cumplan.
-          Si el cambio de posiciones implica un riesgo o una amenaza en el futuro del jugador, o que el sienta que pueden exhibirse ciertas limitaciones, es muy difícil que lo acepte. Por eso es determinante convencer al jugador de los beneficios que le atraerán esos cambios en un futuro a mediano plazo.
-          Cuando se diseña un sistema de juego y no se consulta o se escucha la opinión de los jugadores más experimentados del grupo, será una muerte anunciada desde los primeros intentos por imponer algo. Cuando los veteranos contribuyen a introducir la forma de juego que quiere el entrenador, se sienten tomados en cuenta y eso es determinante en esos niveles de competencia.
-          Hacer que el jugador se adapte a un sistema de juego implica crear las condiciones vivenciales necesarias que le permitan experimentar de manera positiva el nuevo proyecto.  Por ejemplo cuando el futbolista comprueba que esa forma de juego ayuda a una mejor distribución de las cargas de trabajo de todos y él se percibe como una parte importante en el funcionamiento es más que suficiente.
-          Cuando los jugadores seleccionados provienen de entornos (sus clubes, sus ligas, sus orígenes etc.) donde se practica muy poco la plurifuncionalidad con ellos, cuando se usan métodos de trabajo anticuados y entrenamientos estáticos poco innovadores, es muy complicado que en otro entorno ellos si se adapten.

Finalmente como se habrá notado diseñar un sistema de juego y ponerlo en práctica en un grupo de jugadores puede ser tan fácil como llegar a la luna con una bala de cañón, sin embargo el líder debe ante todo asumir el compromiso persuasivo que le otorga el cargo y no contagiar sus inseguridades ni mucho menos carecer de una visión de su propio trabajo. Recuerde ¿Cuándo fue la última vez que intentó convencer a otra persona y fracasó en su intento?