Por Armando Anaya
Los vestidores en el fútbol desde sus orígenes han guardado un sinfín de historias. Un vestidor es testigo de alegrías y desencantos. Risas y llantos. Consejos y Reclamos. Odios y Aprecios. Ahora se pueden encontrar vestidores tipo Hotel Diamante o 5 estrellas que cuentas con camas de masajes, tinas, despachos, computadoras, televisores, circuitos cerrados etc. En otros casos basta con la sombra de un enorme árbol para sentir que se está en un confortable vestidor. En las divisiones de ascenso hay lugares que deberían mejor no ser abiertos por las condiciones de higiene y descuido sanitario que sufren. Sea un el caso de un acogedor y lujoso vestidor de estadio en la Premier Leage o una sombra de aguacate lo importante es que no deja de ser un lugar mágico para el jugador y el entrenador de fútbol.
El vestidor es un lugar mágico para el jugador.
En los equipos de fútbol el vestidor es un lugar mágico y único. Ahí se escucha toda clase de exclamaciones para motivar y elevar la adrenalina del jugador al máximo. Los equipos brasileños suelen ser entregados a sus creencias religiosas, los argentinos llevan las cábalas al límite. Más hacia Ecuador, Colombia o México la música no puede faltar. Es el ingrediente necesario para calmar la tensión, crear un estado de ánimo agradable y llevar la alegría de afuera hacia adentro de la cancha.
Pero algunas veces la pasión, la entrega y la religiosidad que se escucha y ve dentro del vestidor no tiene límites y llegan a observarse cosas increíbles para quienes no están familiarizados con el medio. En algunos casos los jugadores no entran al campo de juego sin antes haber recibido “la limpia” a base de hierbas, humo de inciensos y especies, oraciones y huevos de gallina negra. Hay equipos que entregan su alma a la Santísima Muerte y viajan con una enorme figura de este singular personaje a donde quieran que vayan. Hay otros que piden a un sacerdote oficie un misa en su honor minutos previos al cotejo. Los más ruegan a Dios por cada jugador convocado; en países como Colombia y Brasil la santería llegó para quedarse en los vestidores de fútbol desde hace ya muchos años.
Testimonios de vida.
Faltan 5 minutos para saltar a la cancha. En el estadio no caben más aficionados. Millones de espectadores pegados al televisor. Toma la palabra Cafú, internacional y capitán del equipo brasileño. Líder del grupo, un gran veterano cuyas palabras son escuchadas con atención por Robinho, Adriano, Ronaldo, Roberto Carlos y Ronaldinho. Le recuerda al grupo lo que están diciendo los argentinos de ellos; “la prensa argentina nos tiene temor”. “lo que tenemos que hacer con ese miedo es convertirlo en respeto dentro del campo”. Démonos la mano, hagamos una cadena y hagamos lo mejor que sabemos hacer: jugar futbol. En los momentos negativos dentro del campo recordemos esta cadena de amor. Por nosotros y por nuestras familias que en estos momentos están vibrando como locas de la emoción en Brasil. Por el profesor Zagallo que en estos momentos está saliendo del hospital y quería estar en este gran momento con nosotros. Vamos ya! Vamos a rezar un padre nuestro y un avemaría para que nadie de nosotros o del adversario resulte lesionado”…padre nuestro que estás en los cielos…”
Minutos previos a la gran final de la Copa América entre Brasil y Argentina. Al final goleó, jugó y se divirtió Brasil como pocas veces antes.
"Te damos gracias señor que nos dejes estar aquí. Te agradecemos que nos hayas permitido llegar con bien de nuestro viaje. Te pedimos señor que en este juego ilumines nuestro camino y nos lleves al triunfo. Ilumínanos para jugar con coraje. No permitas que lastime ni que salga lastimado. Te rogamos que nos permitas regresar a nuestras casas con bien. No permitas que me desconcentre. Señor deja dar todo de mí y no permitas que sea escalón de nadie. Te lo pedimos humildemente…amén".
Palabras previas de un famoso entrenador brasileño antes de jugarse la final de la Copa Libertadores, Al final Inter de Porto Alegre ganó ese año la ansiada copa.
"Muchachos, ya hablamos en la semana, ¡actitud!, ¡ganas cabrones¡, ellos nos deben una, venga ¡todos con huevos! En seguida el padre nuestro y al último Pachuca, Pachuca, ra, ra, ra…"
Presidente del Club Pachuca previo al juego final contra Saprissa en San José de Costa Rica. Al final Pachuca ganó la Copa y acudió por segunda vez al mundial de clubes representando a Concacaf.
El entrenador dentro del vestidor.
Algunos Directores Técnicos se limitan a motivar a sus jugadores mientras que los puntos finos acerca de la táctica a seguir, los marcajes o las responsabilidades específicas las llevan a cabo sus auxiliares. Otros tienen la costumbre de realizar la charla táctica en el hotel de concentración y en el par de horas previas al juego cada futbolista busca la forma de concentrarse y prepararse psicológicamente para la contienda mientras que él disfruta de un cigarrillo, un sorbo de mate o de café.
Sin embargo, todavía se pueden ver entrenadores que se agarran de la mano de sus pupilos y encabezan una oración con total fervor. En cuanto a lo que se escucha dentro delvestidor, en realidad es raro el DT que se dirige siempre con amabilidad y decencia; en el vestidor se escuchan toda clase de “florituras”, malas palabras, chistes, dobles sentidos y una que otra exclamación de enojo.
Casi todos los entrenadores afamados muestran una cara a la prensa y otra en el vestidor. Desde luego cada entrenador tiene su forma característica de comportarse pero así sea el enojón, el gritón, el reflexivo, el amigable o el serio todos buscan lo mismo: hacer que los momentos previos al encuentro se pasen en un espacio de absoluta camaradería y buena vibra.