Hay entrenadores que se han hecho conocidos
por la manera de motivar a sus jugadores. Tener la habilidad de convencer al
grupo y que crea en nuestras propuestas no es cosa fácil.
Antes el líder de un equipo era impuesto ya
sea por su antigüedad o por la directiva. Hoy eso tampoco es suficiente.
Ayer el líder transmitía garra, hoy debe
convencer y en el caso del fútbol formativo: INSPIRAR con sus palabras y su
ejemplo.
¿Cómo vamos a influir positivamente en los
jóvenes si cada ocho días subimos a nuestras redes sociales imágenes emborrachándonos
a las 3 de la mañana?
El entrenador – líder hasta donde yo
recuerdo, fue un concepto que utilizó por primera vez Rainer Martens en un
fantástico libro llamada “El entrenador de éxito”. Aquí abajo les dejo el
enlace para descargarlo:
Imaginen una barra mojada de jabón que si
se le aprieta se resbala (entrenador autoritario) pero si se toma a la ligera,
también se sale de nuestras manos (entrenador poco formal). Eso es un
entrenador juvenil. Una persona que tiene la capacidad de ADAPTARSE a la personalidad de sus jugadores. A cada
uno de ellos, porque a unos habrá que apretarlos como a la barra de jabón y a
otros, tratarlos con amabilidad.
Los entrenadores podemos influir
mentalmente para bien en nuestros jugadores cuando:
·
Les explicamos las razones o
motivos que buscamos con lo que les pedimos que hagan. A mayor imposición mayor
rebeldía.
·
Los convencemos que si confían
en nosotros, en el futuro eso diferente que están haciendo, les traerá grandes
beneficios.
·
Los consultamos y escuchamos. A
nadie le gusta que le den consejos o que lo prtendan cambiar, si antes no se le
pidió su opinión.
·
Aprovechamos la buena racha del
equipo. Los grandes cambios necesitan siempre un ambiente propicio y un momento
oportuno. Si durante un tiempo no están saliendo bien las cosas y además
introducimos un cambio, los jugadores sentirán la decisión como algo drástico
aunque no lo sea.
·
Son chicos que apenas empiezan
en el fútbol (no me refiero a edad sino experiencia en equipos). Se ha
demostrado que los cambios de las grandes empresas funcionaron más rápido y
mejor en los empleados de reciente ingreso que en los viejos experimentados.
Así los podremos “formar” a nuestro modo.
En síntesis, podemos decir que si un chico
no le encuentra ventajas al cambio, nunca lo va a aceptar. Que la mejor manera
de influir en un equipo es con el ejemplo. Y si lo que deseamos es convencer a
un jugador, más allá de los que lo pongamos a entrenar, INSPÍRALO.
Recuerda que todo lo que le digas al jugador, le va a provocar una huella emocional.