¿Se puede formar y ganar al mismo tiempo?


imagen: vivelohoy

Se constituye como la excusa más cómoda de muchas escuelas y hace que los entrenadores trabajen a medio motor, pues bajo el falso argumento de que es imposible iniciar a un niño en el fútbol, se deja de lado una parte natural de cualquier ser humano. El espíritu de lucha y el tratar de ser el mejor en algo.

Se propone un modelo de enseñanza que sea capaz de alcanzar estas características:

Un modelo incluyente. Todos juegan y no sólo los más fuertes.
Manejo del balón e inteligencia: tomar decisiones
El buen comportamiento fuera y dentro del campo.
Actividades que desarrolaen la voluntad de esforzarse. El acto volitivo debe ser un hábito personal. Se estimula la competencia con uno mismo. El dirigente compite con el mismo para cada día ser mejor, el jugador, el papa, el entreandor, lo mismo.
El fútbol es democrático. Creemos que el fútbol formativo se limita a los niños y olvidamos que puede ser un vehículo para cosas mayores. El fútbol formativo ayuda a los adultos a ser mejores padres, ayuda a las personas de la tercera edad a sentirse capaces, contribuye en un ambiente armónico e perosnas de capacidades diferentes, da esperanzas en entornos de enfermedades terminales, etc.
En el futbol formativo el partido sirve para evaluar el aprendizaje y ganar experiencia en la táctica.
Se educa a la deportividad.
Todos reciben varias oportunidades de experimentar.
Se busca respetar la edad cronológica y fisiológica del niño, se mejoran las capacidades coordinativas con una gran variedad de juegos.
Prevalece en las prácticas la aplicación de la metodología activa e incluyente.
Se da prioridad a la formación de la persona por medio del deporte. Se utiliza el deporte como una escuela de la vida.

Futbolísticamente:

En el fútbol formativo no hay prisa en el juego. Prevalece la cultura de mantener la posesión del balón, percibir y elegir. Para ello se requiere de un proceso de enseñanza – aprendizaje.
Todos los jugadores tocan el balón. Prevalecen pases cortos y apoyos.
El balón avanza generalmente de la defensa a los mediocampistas y de ellos a los atacantes.
Son equipos que cambian frecuentemente la orientación en el ataque y las formas de llegada.
El jugador realiza la próxima acción en función de lo que él ha observado y decidido. No decide el técnico por él.
Hay tiempo para levantar la vista, ejecutar fintas y utilizar su imaginación.
Se adapta el reglamento en cada fase de la evolución del niño a sus capacidades físicas e intelectuales.

Por lo tanto formar y competir no están disociados e implican:
1.       No dejar de competir
2.       Calidad más que calidad
3.       Variabilidad
4.       Sentido Práctico

5.       Visión Holísitica