¿Cómo ha de ser la nueva evaluación en el fútbol base?


Por A. Armando Anaya H. Femexfut

Cuando hablamos de evaluación de inmediato recordamos las formas tradicionales: evaluación técnica antes de comenzar la temporada y finalizando para que los entrenadores y dueños de escuelas "se amarren el dedo" con los padres de familia y puedan comprobar algo artificial que no tiene nada que ver con la realidad del juego por sustraerse del mismo.

Muchas veces estas evaluaciones se hacen también para tener algo palpable que pueda servir de preámbulo para el convencimiento de los padres y que reinscriban a sus niños en las academias respectivas. Por ejemplo, hay cadenas de escuelas de inglés a nivel nacional que tienen altísimos porcentajes de satisfacción de sus clientes (perdón, de sus alumnos) pero eso no tiene nada que ver con que lo que les estén enseñando tenga una gran calidad.

En los años ochenta se comentaba que “la mejor evaluación” es la que se daba durante el partido y que éste es el escenario "ideal" para reconocer el avance de los niños. Sin embargo ¿Qué pasa cuando los niños juegan contra oponentes de más alto nivel o incluso de menor nivel de maduración? En ese caso la evaluación producto de los partidos se tendría que ir a la basura, pues los jugadores de mayor desempeño al no tener exigencia, su concentración es menor y su intensidad no se nota y por otra parte, los jugadores que cada ocho días se enfrentan a oponentes de más alto nivel competitivo, les provoca desmotivación y frustración.

En ese contexto llegan las pedagogías contemporáneas que aplican una evaluación basada en el logro más que en la comparación. En este tipo de evaluación el entrenador lleva un registro individual de los aspectos que el jugador realiza no solo bien sino de manera constante. Es decir, hasta que un niño muestra dominio y regularidad en algo, lo podemos considerar un logro y pasamos a otra cosa, antes no.

La evaluación basada en el logro es una de nuestras propuestas aplicables al fútbol formativo ya que cada entrenador habrá de considerar qué elementos vigilar y cómo será su progresión.
Digamos adiós a las formas tradicionales de evaluar a nuestros jugadores y convenzamos a sus papás para que cambien de inmediato sus viejas creencias.

Una evaluación basada en logros se realiza mediante rúbricas acordes con la maduración de los jugadores y vienen matizadas desde “por debajo del promedio”, “requiere de refuerzo permante” hasta “se encuentra por arriba del promedio”. “Realiza todos los componentes de manera excepcional”.

Hablando de los entrenadores. Una de las cosas que distingue a nuestros cursos de otras capacitaciones es que si así lo desean podemos dedicar un tiempo de la capacitación para la evaluación de los asistentes y con ello garantizar una retroalimentación profesional y oportuna. Tener estáticos a los profesores y  no cuestionar qué fue lo que aprendieron o qué será lo que van a cambiar,  termina siendo un método tradicional con contenidos no tradicionales.