Las cinco formas más populares de hacer un cachirul


Por Armando Anaya

Las cosas que nadie comenta porque ensucian la imagen del fútbol formativo.

1) Suplantas la identidad de un chico ingresando al campo a otro “parecido” Se complementa pidiendo al niño que se aprenda la fecha de nacimiento del dueño original del registro por si acaso el árbitro le pide esos datos.

Solución: te acercas al árbitro y le pides que el entrenador del equipo X (o sea tú) sospecha de X jugador y procedió a solicitarme estar como testigo al preguntarle ciertos datos que debe conocer perfectamente:  los nombres de sus padres de familia, su lugar de nacimiento y domicilio.



2) Cambiar la fotografía del registro. Es todo un arte. Hay quien “mancha” la nueva fotografía del cachirul con tinta de pluma para que parezca que se corrió al momento de enmicar. Mediante tratamientos a base de vapor las fotografías se despegan muy fácilmente. Si el registro ya está enmicado se recorta con mucho cuidado el rectángulo de la fotografía sin que se dañe el cartón del registro para que pongas una nueva fotografía que empalme perfectamente al momento de re enmicar. Todavía es más sofisticado cuando recortas el sello de otra foto y lo haces que empate para que la imagen se vea “sellada”.

Solución: soliciten a la liga que use registros tipo credencial escolar o gafete de trabajo, que son pequeñas tarjetas que vienen impresas las fotografías tipo credencial electoral.

3) Entregar los registros todos juntos antes del comienzo del partido. Tanto titulares como banca. Eso lo piden muchos árbitros así dizque para adelantar con el llenado de sus cédulas. Algunos profes guardan su cachirul para meterlo hasta el segundo tiempo, otros si su cachirul es “león rasurado” se la juegan desde el principio y ya cuando esté definido a su favor el juego simplemente lo cambia y le pide que se haga el escondidizo.




Solución: pide a tu capitán que le diga al árbitro que deseas que se citen a los dos equipos con suficiente anticipación para que se revise la identidad (la cara) y los datos del registro de uno por uno de los jugadores.
4) Acta chueca. Los jugadores y papás con tal de quedarse en los equipos, acuden con un conocido que les hagan una acta con papel membretado y sellado del registro civil. Es relativamente fácil y bastante recurrente en equipos de poblados pequeños donde el dueño del  equipo, el entrenador, el padre de familia o el directivo de la liga si se tratase de un selectivo municipal, son compadres de empleados del gobierno, incluso de regidores o el propio presidente municipal y se hace muy rápido y sencillo. El problema es que si te quejas, ellos mismos son la autoridad y no se gana ninguna impugnación.

Solución: implementar un sistema de registro basado en la huella digital y no en un registro. El árbitro puede llevar una cajita donde todos los jugadores deben identificarse con su huella, previamente todos los jugadores tuvieron que haber ido a la liga a registrarse y hace lo mismo. Se le deben dar atribuciones a las ligas o la CONADE para que verifiquen la información en las escuelas de los jugadores sospechosos.

5) Cuerpo arbitral corrompido. Hay muchas ligas que le permiten a los equipos usar colegios de árbitros de la localidad, con tal de ahorrarse y no contratar árbitros federados que vendrían desde la capital del estado y eso duplicaría los costos del servicio. Algunos con un par de caguamas acabando el cotejo, aceptan cualquier registro y cualquier jugador que lo haya entregado, a otros ciudadanos del poblado los disfrazan de árbitros que no lo son, pero están en contubernio con el equipo local del pueblo y le permiten el uso de cualquier jugador y obviamente su arbitraje se desarrolla cínicamente localista. Se dan casos también de extorsiones y amenazas a los árbitros para que dejen hacer y dejen pasar cualquier cosa. En otras ocasiones siendo visitantes o locales, eso no importa, el entrenador manda a un achichincle a hablar con el cuerpo arbitral mucho antes de que comience todo, incluso antes de que llegue el otro equipo para que no se dé cuenta y entonces le explica que vienen incompletos por mil excusas y que tiene entrenando desde la semana pasada algunos chavos pero no han podido ir a registrarlos y “queríamos ver la posibilidad de que puedan jugar. Claro no hay problema, sabemos que eso está mal pero échanos la mano profe (le dicen al árbitro) ¿Cuánto? para decirles y preguntarles si traen y que se los vengan a dar cada uno para que veas que no es mentira…

Solución: jugar en ligas con arbitrajes federados aunque sean más caras, grabar los partidos, solicitar que sino van cuerpos arbitrales completos, que vaya un comisario, leer la solución de los puntos uno y dos.