Entrevista a Julián Genoud: "algo que pasa muy a menudo es que no se presta especial atención a cómo formar a los formadores"

Por A. Armando Anaya H.



Julián tiene un Máster en Dirección de Fútbol por la Escuela Universitaria Real Madrid. Ex Analista Táctico y Administrador de la Cantera de Real Madrid. Entrenador certificado en Argentina y por la Federación Catalana de Fútbol. Autor del documento titulado AFA 360.

1.- En el 2016 estuviste viendo de cerca el trabajo de las canteras más reconocidas de Holanda y España. ¿Qué es lo que distingue del trabajo que realizamos en América latina con respecto a ellos? Independientemente de la cultura, la infraestructura,  la bandera, el color de piel o a veces el idioma. Acaso ¿ellos tienen más mentalidad ganadora o cuentan con mejores entrenadores en sus equipos de base?

A mi juicio, existen factores un tanto externos al fútbol (menos controlables o modificables, si se quiere) y otros internos al fútbol (con mayor posibilidad de modificar).

Respecto a los internos, mi sensación es que en Europa hay mejor organización y mayor tiempo dedicado a: (a) definir concienzudamente una visión de club/cantera, (b) mayor tiempo a intentar conectar la visión con lo que se hace día a día (entrenamientos + procesos internos); (c) mayor comunicación entre quienes componen a la Cantera para monitorear si lo que se está haciendo los está acercando o alejando de esa visión. 

En el mundo, las organizaciones que no definen verdaderamente qué es lo que quieren lograr, ya arrancan mal. Y en América Latina sucede mucho. No siempre, pero mucho: cada uno va al club, hace su trabajo (como le salga y en función del tiempo libre que tenga) y vuelve a su casa. La organización (club, en este caso) sigue existiendo, pero los resultados a los que se llegarán serán sub óptimos. Esto, a mi juicio, es la diferencia fundamental.

Por otro lado, algo que pasa muy a menudo es que no se presta especial atención a cómo formar a los formadores. Erróneamente, se piensa que un ex futbolista profesional del club será el idóneo para llevar a cabo la formación de los chicos, dada su experiencia como futbolística. Esto es un grave error, no porque ese futbolista no seas la persona idónea (¡en muchos casos lo puede ser!), sino porque se deja librado al azar el proceso de feedback que todos necesitamos. Todos necesitamos que otra persona (u otras personas) nos puedan indicar dónde ellos creen que nosotros podríamos mejorar. 

En Latinoamérica, no sólo no se realiza esto de forma frecuente, sino que cuando se realiza, la respuesta suele ser: “¿A mí me vas a venir a decir cómo tengo que hacer esto? Jugué 20 años al fútbol”. Athletic Bilbao es un gran ejemplo de cómo hacer algunas cosas bien desde el punto de vista formativo: a pesar de sus enormes limitaciones de scouting (no pueden reclutar más allá de País Vasco), salen futbolistas muy competitivos. ¿Por qué? Porque, entre otras cosas, sus Entrenadores están constantemente capacitándose. ¿Cómo? Dándose feedback entre ellos, haciéndose “shadowing” (mirar en silencio cómo otro trabaja) y generando que su Departamento de Psicología se enfoque, principalmente, en formar a los formadores y no a los jugadores.

Luego lógicamente hay factores externos que no se pueden dejar de lado. Destaco dos: la inversión (en valor absoluto) por Cantera en Europa suele ser mayor; y el nivel social/educacional de los chicos suele también ser mayor, lo que hace que el día a día a la hora de trabajar sea más fácil de llevar a cabo.

2.- Uno de los conceptos más interesantes que con frecuencia mencionas consiste en “Jugar a lo que me pida la jugada”. Eso implica ir más allá de la creación, ocupación y aprovechamiento de espacios libres y entonces aparecen como necesarios para la formación de los jugadores la identificación y la búsqueda de éstos ¿no crees?

¡Ciertamente! Hace un tiempo pude visitar un club muy emblemático de Argentina, y dialogar en muchísima profundidad cómo trabajan en la Cantera. Me fui tremendamente feliz: a la hora de diseñar los entrenamientos y los principios de juego a intentar inculcar a los chicos, realizan un corte por “espacio”: espacio 1, espacio 2 y espacio 3. Esto significa que en cada acción puntual no sólo interesa el espacio 1 (en ataque, sería poseedor del balón), sino también el espacio 2 (jugadores cercanos) y espacio 3 (jugadores alejados).

Luego, cuando se llevan a cabo las sesiones, los Formadores están muy activos tratando de proveer feedback a los chicos respecto a sus participaciones en el espacio 2 y 3, incluso a veces más que sobre el espacio 1 (que es lo que normalmente tendemos a mirar, dado que la pelota está ahí). Ver todo eso me provocó mucha felicidad (y aprendizaje).

3.- Hace poco mencionabas que “el pase es la forma no verbal de hablar entre los grandes futbolistas” y me hiciste recordar las aportaciones del gran teórico francés Pierre Parlebas y su praxiología. Más allá del método de enseñanza del pase ya sea de forma lúdica (global) o repetitiva (analítica) ¿Qué aspectos adicionales se deben tomar en cuenta para el pase sea más que un gesto técnico?

Aprovecho para decir que la praxiología es un tema que de a poco me está comenzando a fascinar. 
Es una pregunta enormemente interesante para mí. En estos momentos tengo una pequeña “obsesión” con intentar dilucidar todo lo que implica dar un pase; cuánta información uno está enviando y cuánta habrá procesado antes de realizarlo.

No tengo la respuesta completa aun, pero me atrevo a decir que, algunos aspectos adicionales, giran en torno a lo siguiente:

Con este pase, ¿estoy dando una solución a mi equipo, o un problema?
Si le doy aquel pase, ¿cuál es la jugada que espero que ocurra después? ¿Es posible que suceda?
Si pretendo que aquello que pienso que suceda, finalmente suceda, ¿cómo debe ser ese pase? ¿Se lo debo dar al pie o al espacio? ¿Con qué fuerza?
Y ya más avanzado en la formación de futbolista, trataría de fomentar que el jugador se pregunte: mi compañero, ¿está preparado para entender qué pretendo que haga con mi pase?
Lógicamente que no en todas las acciones de un partido el jugador está procesando conscientemente esto. Pero podemos imaginarnos, por ejemplo, los pases entre líneas. O los pases largos. En ellos, estas preguntas se hacen realmente relevantes.

4.- El otro día escuchaba acerca del término “entrenador conceptual”. Se refieren a ese grupo de técnicos jóvenes que están surgiendo en varias ligas del mundo, que están dándole al fútbol un aire de frescura a la baraja y que además se están atreviendo a hacer lo que otros  dudaban. ¿Cómo debería ser la incursión de estos nuevos entrenadores? ¿Con un paso previo por equipos juveniles? ¿Con el asesoramiento de entrenadores experimentados? 

No lo sé del todo. Lo que sí creo es que la labor de Entrenador se hará cada vez más compleja y requerirá de diferentes habilidades, lo que implicará que no sea necesario haber sido futbolista profesional para poder hacerlo bien. E incluso en algunos casos el no serlo permite ver y explorar situaciones de una manera diferente. En parte, siento que Nagelsmann ha podido profundizar tanto sobre la utilidad de la tecnología en el deporte y sobre manejos de grupos, justamente por haber podido profundizar en ellos (tiempo que hubiese sido difícil de encontrar si hubiese podido continuar siendo futbolista profesional).

No hay una única respuesta frente a ello. La regla “de lo más simple a lo más complejo” aplica, pero no siempre lo más relevante es comenzar por juveniles. Quizás se puede comenzar por ser analista táctico ya a nivel profesional. Quizás venir de otro ámbito completamente diferente al fútbol (otro deporte, una empresa, etc).

Más aun, no siempre debería ser el único “éxito” llegar a nivel Profesional. Espero que algún día el ecosistema permita, sobre todo desde el lado económico, que aquellas personas que sienten que su “lugar” es formar chicos, lo puedan hacer de manera muy cómoda.

5.- Cuando vemos las procedencias de los jugadores convocados al seleccionado argentino y notamos que existe una gran variedad de equipos que suministran nos preguntamos ¿Eso es el resultado del buen trabajo que realizan todos los equipos de divisiones inferiores o más bien se trata de una política proveniente desde los altos dirigentes?

Yo personalmente pienso que no es producto de ninguna de las dos cosas. A grandes rasgos, es producto simplemente de que hay que convocar jugadores y de algún lado tienen que salir. Esto no significa que no existan clubes que no hagan las cosas bien, pero no creo que ninguna de esas dos sea la razón fundamental.

Si uno observa (al menos, desde 2002 en adelante) la población que existe en las distintas zonas en Argentina y luego compara el porcentaje de jugadores que termina jugando un Mundial proveniente de cada zona con lo que le hubiese “correspondido” a esa zona (por una cuestión estadística por la población existente), esos números están bastante alineados. Lo que quiero decir es que si una zona de Argentina tiene X% de la población total, el porcentaje de jugadores de los 23 que llegan a cada Mundial será aproximadamente X. 

Quizás haya un pequeño porcentaje mayor (llegan más futbolistas de los que “debieran” estadísticamente) a favor de la zona centro de Argentina, en particular la provincia de Santa Fe (que posee ciudades importantes tales como Santa Fe y Rosario). Parece natural que esto suceda porque el ecosistema así lo permite: se trata de una tierra apta para jugar (llanura, con clima caluroso), con zonas de pobreza en los conurbanos (los chicos pasan mucho tiempo en los potreros) y “panzas llenas” (producto de la soja y otros alimentos) a pesar de esa pobreza.

6.- Consideramos que AFA 360 ha sido un enorme aporte para la formación de jugadores y entrenadores por su marcado interés por la innovación y su advertencia para considerarlo un documento en constante mejora. Pero hay un aspecto que llama poderosamente la atención, me refiero al  “El Plan de Desarrollo Personal” implementado en las canteras de Ajax y AZ Alkmaar, en Holanda. ¿Te refieres solo a objetivos futbolísticos o también académicos? 

Me refiero a todo, y eso dependerá mucho del contexto: en Argentina, me parece esencial intentar formar “académicamente” a los jugadores a partir de detectar cuáles son los aspectos que les despiertan motivación (dentro y fuera del fútbol), y usar ello para tratar de que desarrolle herramientas que le sirvan para la vida, independientemente de que llegue a ser profesional. Nunca hay que olvidar de que estamos hablando de chicos. Nunca.

El Plan de Desarrollo Personal (o PDP) es un concepto/herramienta que descubrí estando en Google (trabajé 6 años allí). Resumiendo, cada uno definíamos qué cosas nos gustaría (o deberíamos) aprender en función de nuestros planes de vida. ¿A dónde nos gustaría llegar? ¿Cómo nos veíamos en 5 años? ¿Qué herramientas necesitamos aprender para lograrlo?
Una filosofía similar se puede aplicar en el día a día del fútbol: ¿qué te gustaría lograr en el fútbol? ¿Cuál es tu jugador modelo? ¿Qué sientes que deberías aprender para acercarte a ese jugador, o a tu plan de vida? Ver que todo esto se estaba aplicando en AZ Alkmaar (y de manera profesional y metódica) me entusiasmó mucho.

7.- Hablando de equipos de divisiones inferiores. Emplear tareas de entrenamiento que se basan en distintas geometrizaciones, hacer que el jugador esté tomando decisiones todo el tiempo y que el entrenador varíe los elementos estructurales son elementos prioritarios en la formación de un jugador de hoy. Pero,  ¿No consideras que un método novedoso, por interesante que sea, puede caer en el error de hacerse tradicional si se abusa de los juegos de posición o los rondos?

Sí. Yo estoy prácticamente seguro que no se encontrará nunca (o al menos, en los próximos años) una receta que sea infalible frente a todo. Hoy, el “empuje” en el mundo futbolístico, la tendencia, viene dado por fomentar mayores situaciones donde los chicos puedan reflexionar y tomar decisiones, pero no creo tampoco que haya que ser extremista, y que todo lo que no sea “tomar decisiones” esté mal. Incluso en la vida misma a veces hay que aprender a hacer pausas y aprender a dejar de “pensar”.
Además, el contenido per se (en este caso, los rondos) no dicen prácticamente nada si no conectamos ese contenido con los objetivos que pretendemos lograr (y con formas de medir e ir monitoreando si esos objetivos se cumplen). 

La explicación que más me representa es una frase que leí de una gran especialista en Tecnología, que se llama Melina Masnatta: “El riesgo es pensar que lo que enseñamos es un contenido, y no una forma de ser y de estar en el mundo”. Un chico que hace buenos Rondos, o un Entrenador que tiene muy claro las reglas futbolísticas que lo rigen, pero que fallan en el aspecto personal, no es algo que me parece pueda calificarse como un “triunfo”. Prefiero que ese método tenga menos Rondos pero que cree un ecosistema mucho más sano y menos tóxico.

8.- Finalmente. Has dicho que el entrenamiento basado en realidad virtual será una de las nuevas tendencias en la formación de jugadores. ¿No crees que sea una especie de moda pasajera o una excentricidad tecnológica? 

¡No lo sé! Sinceramente no lo sé. 
A veces pienso que en unos años el fútbol será mucho más de estrategia que hoy: cuatro tiempos (más cortos) en vez de dos, con más pausas (como en el fútbol americano) y más cambios de jugadores.

Estamos alcanzando un límite biológico en el rendimiento, que si se pretende sostener a la industria con la misma cantidad de partidos y la misma intensidad, no quedará otra que permitir más pausas dentro de los partidos.

Si ello sucede (que no lo sé), me imagino un deporte mucho más dependiente de lo que se analice afuera, y donde el jugador responda a esas indicaciones. El papel de la tecnología allí será no menor.
Aun viniendo del rubro de la Tecnología, muchas veces siento nostalgia del fútbol de otrora. Ojalá se logre un sano equilibrio.

No me queda más que agradecer tu disposición y ayuda que nos brindas a todos los formadores que vivimos en México. Con opiniones como las tuyas, esperamos que nuestros entrenadores de fútbol formativo aclaren sus dudas y lean con detenimiento el documento AFA 360. Enhorabuena por tus logros y que sigan esos éxitos.