Por A.
Armando Anaya H.
31 diciembre
del 2017
De origen uruguayo naturalizado español. Técnico UEFA
Pro y por la RFEF. Ha sido entrenador Principal de Equipos Senior y Nacionales;
Director Técnico de los Departamentos de Desarrollo Juvenil en varias partes
del mundo. Desarrollador de programas de fútbol en muchos países del sudeste
asiático (AFC), América del Sur, África del Norte y Europa (Uruguay, Brasil,
Dubai, Irlanda, Israel, Marruecos, Rumania, Filipinas, España, Vietnam).
Instructor de entrenadores en América del Sur
(CONMEBOL), Europa (UEFA), África (CAF) y Asia (AFC). Asesor y Consultor de
Fútbol, Tactical / Players Scout and Tactical Analyst y autor de dos
magníficos libros para el fútbol formativo. Entrenamiento y entrenamiento en
Equipos juveniles y sénior, equipos nacionales. Autor de los libros
“Metodología del Gol” y “Tactics from the roots : manual of tactics for
football coaches”.
1.-
¿Qué opinas acerca de desarrollar en los jugadores desde etapas tempranas un
pensamiento conceptual con el que sean capaces de adaptarse y competir al mismo
tiempo?
Los
conceptos tácticos son necesarios y hasta se tornan imprescindibles a la hora
de tomar decisiones sobre el campo según los parámetros que aparecen en todo
momento: balón, rivales, compañeros, zona, y en ciertos casos, el resultado.
Estos
parámetros, en permanente dinámica, aparecen en cualquier juego de
enfrentamiento (1x1, 2x1, 3x4, 5x5, etc), aunque debemos tomar en cuenta
algunas consideraciones previas.
Si
estamos convencidos que el proceso de
enseñanza-aprendizaje de la Técnica, tanto sea individual como colectiva,
defensiva u ofensiva, actualmente no se
justifica si no es desarrollada dentro de
un contexto táctico, entonces podremos entender que la sociedad en su
globalidad ha evolucionado, las ciudades se han “verticalizado” y escasean los
espacios libres en muchas regiones del mundo donde el fútbol de la calle era el
semillero donde germinaban los grandes futbolistas del mundo.
Hay
hechos comprobables, como que la cantidad de horas que los niños jugábamos en
la calle no se igualan al tiempo semanal que los niños del presente entrenan
(no juegan) en Clubes, Escuelas de Fútbol, Colegios. Hoy se entrena más que se
juega, una gran diferencia con los tiempos pasados.
Por
lo tanto, se tiene que compensar de alguna forma esa picardía, ese conocimiento
y comprensión del juego desde edades tempranas adquirido tanto por imitación de
grandes ídolos como por la cantidad de horas jugando en el barrio. El jugar con
los muros de las veredas, los cordones de la calle, los árboles, nos enseñó
conceptos tácticos como la pared -uno de los fundamentos del 2x1-, el moverse a
un espacio libre para recibir un pase, el jugar “atrás” y “adelante” como forma
de organizarse en los derbis barriales, daban forma desde pequeños a los
futbolistas del futuro.
Las
diferentes metodologías, del pasado y del presente, deberían contemplar
incorporar a la planificación y programación de los diferentes ciclos
formativos, tiempo para disfrutar de todos los juegos de calle que se jugaban
en el pasado. Una buena forma de darles libertad de expresión sobre el campo a
los jugadores, como si en el barrio se tratara, con sus propias reglas y
fomentando la sana picardía que debe existir en todo juego para lograr ventajas
dentro de la protección del juego limpio. También crea otra interesante fuente
de información para el Entrenador de sus jugadores, comportamientos con/sin la
figura del Entrenador, y buscando en lo lúdico otra forma de detectar las
mejores cualidades de los jóvenes que quizás, en los entrenamientos formales,
quedaban ocultos por la presencia del Entrenador. Por lo tanto, el Marco
Informal dentro del Marco Formal.
En
resumen, la competencia como forma de
descubrir el juego del fútbol, comprenderlo, practicar las habilidades técnicas adquiridas, aprender otras, es otra manera de
conceptualizar el juego. De los años en que los jóvenes eran autodidactas
en el fútbol, ahora son más entrenados, aunque ambos aspectos deberían ser
parte de la mejor formación del futuro futbolista.-
2.-
Hace no mucho leí una reseña de tu reciente libro y me llamó la atención que se
dijera que se trataba de una obra para estudiar, analizar y nutrirse de
modernas ópticas en el entrenamiento de la Táctica. ¿Qué opinas de eso?
La
bibliografía futbolística es muy rica y variada. Desafortunadamente,
encontramos que cada día más los Entrenadores jóvenes no poseen esa inquietud
por la lectura profunda que implique un nivel de concentración y análisis alto.
En España por ejemplo, los libros que más salida tienen son las historias o
autobiografías de Entrenadores (casi nunca escritas por ellos mismos) y los
libros que llamamos “recetarios
médicos”. Títulos como
3
ejercicios para un mediocentro ofensivo” implican
una “solución” rápida y muchas veces inadecuada para el Entrenador que al no preparar con tiempo su entrenamiento,
copia y lo lleva a la práctica en su equipo.

Expresamos
desde el total convencimiento que todo libro es útil y puede constituirse en
una guía para un Entrenador, siempre y cuando coloque en la balanza lo que su
equipo/jugadores necesitan, tenga claro el concepto metodológico de
progresividad, corrección de errores y repetición con variantes.
Digo
siempre que el mejor libro para un Entrenador es el que escribe él mismo a
partir de sus programaciones, ejecuciones y revisiones, lo que le permitirá
siempre poseer una base de información para su futuro, creada en base a sus
experiencias dentro del campo, cualquiera sea el nivel y categoría en la que entrene.
Ese, su libro, seguramente será intransferible en gran medida a otros
Entrenadores, pues él lo ha preparado y experimentado con sus propios jugadores
los cuales no poseerán las mismas carencias, falencias, virtudes y cualidades
que los de otro equipo. Este libro, SU LIBRO, estará siempre abierto a
actualizaciones que en su carrera deportiva añadirá. De ahí la riqueza y el
patrimonio de su trabajo.
Mis
libros buscan en el lector, aflorar esa capacidad necesaria de análisis del
fútbol desde el punto de vista táctico fundamentalmente, explicando y
desarrollando conceptos y con simples ejemplos para ilustrar y terminar de
pulir lo explicado en palabras, pero nunca dando “recetas” para los
Entrenadores. No creo en ello y luchamos constantemente para el enriquecimiento
profesional de todos, jugadores, Entrenadores, Profesionales asistentes. Son
libros que permiten al Entrenador leerlo y releerlo, argumentar a favor y/o en
contra, y buscar por sí mismo su propia metodología de trabajo la cual lo
identificará y diferenciará de sus colegas. Si buscamos nuestra excelencia,
este es nuestro camino.
Lo
moderno no se contrapone con lo de antaño; decir por ejemplo que lo analítico
ya no funciona y ahora se impone lo integral, no podría ser considerado como
verdad absoluta. Tanto una como otra pueden ser efectivas en tanto y cuanto se
practiquen en las circunstancias que el Entrenador detecte en su quehacer
diario con su equipo.
Debemos
recordar que como Entrenadores somos
Creadores, Adaptadores y Modificadores de las
dinámicas tácticas de nuestros equipos. Partiendo desde este enfoque,
podremos siempre estar estudiando nuevos caminos hacia la excelencia propia y
de nuestros jugadores/equipos, de nuestros colaboradores, a partir de un
análisis profundo y desde el conocimiento, alimentándonos de la modernidad que
la vida nos brinda en todos los campos satélites al fútbol.-
3.-
Si tuvieras que elegir entre las situaciones de entrenamiento y los conceptos,
¿Con cuál te quedarías?
Resulta
difícil concebir desarrollar situaciones de entrenamiento sin basarnos en los
conceptos tácticos del juego. Sin embargo, desarrollar ejercicios sin rivales
puede ser apropiado en ciertos casos, aunque personalmente prefiero trabajar
siempre con presencia adversaria, aunque sea en situación pasiva o semi-activa.
La referencia del rival no puede ser obviada inclusive en edades tempranas,
como forma de enseñar la Técnica dentro de un contexto que sea lo más parecido
a lo que un niño se encontrará en la competencia. Por ejemplo, enseñar los principios tácticos
de
Amplitud y Retardación a través del 3 x1. En principio,
el defensa en situación pasiva, luego semiactiva y activa. La simple presencia
del rival referencia las alternativas de pase y los movimientos de los
potenciales receptores a nivel ofensivo. A nivel defensivo, la orientación
corporal del defensa referenciada por los movimientos de los atacantes.
Toda acción técnica debe poseer un “antes”, un “durante”
y un “después”. Estos tres momentos corresponden a la lectura del juego
que haga el jugador de acuerdo a los parámetros ya mencionados en la respuesta
Nº1; esa lectura, sin rival, queda sujeta solamente al resto de dichos
parámetros y no al rival, al cual debemos superar. Por ejemplo, si queremos explicarle a un delantero centro cómo lograr
una superioridad posicional sobre una numérica dentro del área a través de una
anticipación ofensiva, sin rivales no es posible explicarlo, y este es un
concepto clave en una posición en que generalmente, el delantero se encuentra
en zona de definición en inferioridad numérica frente a sus rivales.
Situaciones
de entrenamiento sin rivales son útiles para el perfeccionamiento de las
técnicas con/sin balón, pero sin las referencias que un contexto táctico
(contexto del juego) otorga (parámetros explicados en la pregunta 1), los
conceptos tácticos se convierten en virtuales, imaginarios, y esto no llega a
enriquecer la lectura y comprensión del juego por parte del jugador (qué hacer,
cómo hacerlo, dónde hacerlo, cuándo hacerlo, con quién hacerlo, etc).-
4.-
En tu libro sobre “Metodología del Gol” hay muchas cosas valiosas, tu capacidad
para sintetizar y diferenciar entre principios y acciones tácticas, el análisis
que haces de los principios ofensivos contra los defensivos, entre otras cosas.
Incluso propones un modo para evaluar el aprendizaje de la táctica. ¿Es un
método que se basa en las transiciones?
Sin
lugar a dudas, la Transición, la cual
defino como una simple declaración de
intenciones, implica la realidad del juego. El equipo que posee el balón,
no lo quiere perder, y el que no lo posee, lo quiere recuperar. Por lo tanto,
la transición, tanto sea forzada (defensa-ataque a través de presionar con el
bloque invasivo) o involuntaria (pérdida del balón por fallo propio), es una de
las esencias del fútbol. El Entrenador le transmite a sus jugadores, donde
quiere promover la recuperación del balón y por donde asegurar su posesión;
cómo realizarlo, cuando realizarlo, quiénes buscarán en primera instancia
hacerse con el balón o mantenerlo. Todo esto fundamenta las intenciones que se
declaran a la hora de preparar un juego, durante el mismo o simplemente, cuando
se desea proponer un estilo de juego al equipo.
La
adquisición práctica del concepto de Transición tiene su expresión básica en el
1 x 1 como el juego táctico primario por excelencia, y a partir de ahí, todos
los juegos grupales en los que un equipo se encuentra en inferioridad, igualdad
o superioridad numérica.
Con
los objetivos del juego previamente establecidos, con la combinación de
parámetros adecuada (área de juego, toques al balón, nº de jugadores, balones,
porterías, etc) y con una relación “tiempo de trabajo/tiempo de descanso”
(intensidad) acorde a dichos objetivos, todo juego que fomente transiciones en
ambas direcciones serán útiles para evaluar a nuestros jugadores/futbolistas.-
5.-
Si tuviéramos que elegir una formación de juego eminentemente didáctica para
jugadores de América Latina, aquellas que nos ayude a introducir a los chicos
en elementos más complejos
¿Con cuál te quedarías?
Si
hablamos de formación de juego como equivalente a sistema de juego, creo en el
proceso de enseñanza-aprendizaje de los conceptos tácticos a efectos de
ofrecerle al jugador todos los elementos para poder jugar en distintas
formaciones. No enseñamos un Sistema por el sistema en sí, sino que enseñamos Conceptos para practicar los Sistemas.
Como
Entrenadores-Formadores-Educadores buscamos siempre la consecución del Jugador/Futbolista Integral, o sea, aquel que sepa jugar en inferioridad, igualdad y
superioridad numérica, tanto sea en
ataque como en defensa, y que sepa preparar (provocar o prevenir) las transiciones en ambas direcciones. A partir
de la “construcción” de este perfil, el jugador estará capacitado y cualificado
para desempeñarse en todo sistema de juego, en las posiciones y roles que el
Entrenador considere que el jugador podrá desarrollar todas sus habilidades
técnico- tácticas y sus características funcionales.
En edades formativas, cuando el joven es Jugador y no
Futbolista, los criterios para definir
formaciones de juego aparecen como diversos y variados. Lineamientos
técnicos-profesionales de clubes, idiosincrasia de los pueblos, cultura y
tradiciones, hacen que los equipos practiquen formaciones que identifiquen un
estilo propio.
Sin
embargo, en fútbol 5,7 u 8, la rotación de posiciones, los cambios de roles, y
por supuesto las características de los jugadores son los componentes del marco
de decisión del Entrenador para escoger la/s formación/es a practicar por su
equipo, lo cual enriquece el acervo futbolístico de los jóvenes. Dijimos que no
enseñamos sistemas “per se”, enseñamos conceptos para que el jugador posea un
amplio espectro de alternativas a la hora de tomar decisiones con y sin el
balón durante el juego y bajo cualquier formación. Esta idea constituye la
génesis del conocimiento y comprensión del juego.
En
fútbol 11, cuando los jugadores comienzan a formarse como Futbolistas, los
perfiles tanto individuales como grupales, por líneas o colectivos (las
“microsociedades” dentro del campo), se acercan a los roles y funciones que un
jugador desarrollará en los años posteriores, aunque sin limitarlos rígidamente
en posiciones específicas. Un central que
pueda jugar de pivote, un medio por banda que pueda jugar ocasionalmente de
lateral, etc. Debemos buscar la
excelencia en sus puntos fuertes y seguir
perfeccionando hacia la constante superación de sus limitaciones.
Por lo
tanto, a pesar que existen clubes que poseen una línea de formación que incluye
que todos sus equipos de categorías infantiles y juveniles utilicen un mismo
sistema de juego, otros otorgan libertad a los Entrenadores para decidir la
formación de juego de acuerdo a las habilidades de sus jugadores, y otros hacen
una combinación de ambos, decimos que todo es válido en etapas en que la
prioridad es la formación del niño hacia una vida rica en valores en la
permanente búsqueda de ese jugador integral, rico en conceptos tácticos y con
la suficiente habilidad técnica que los sustenten.-
6.-
Finalmente, una persona que ha estado en tantos países y conviviendo con tantas
culturas diferentes. Nos gustaría saber en tú opinión ¿Qué es lo que distingue
entre un jugador por ejemplo brasileño, español, filipino o rumano? Desde luego
que no nada más es el lenguaje, la bandera o incluso el color de piel…
Varios
factores. En todos los casos, el lugar que el fútbol ocupa en todos estos
países y su idiosincrasia y estilo de vida, establecen la popularidad para su
práctica y desarrollo.
En
países donde el fútbol no es el deporte Nº1, los procesos son dificultosos y
los apoyos externos muchas veces no son suficientes pues la mayoría van hacia
los deportes principales. En Filipinas, por ejemplo, el deporte principal es el
baloncesto y por sus logros internacionales, aventaja al fútbol que se
encuentra en tercer lugar, detrás del boxeo.
Esto
lleva a que los jóvenes practiquen con mayor entusiasmo los deportes
principales, habida cuenta que algunos de ellos les permiten recibir becas a
nivel universitario. Técnicamente son suficientemente cualificados, con
carencias a nivel de comprensión táctica del juego, que las suplen con un gran
espíritu de lucha. La traída de jugadores extranjeros con descendencia filipina
ayuda a su más rápido progreso, aunque aún están lejos de la arena mundial.
El
jugador brasileño, con su alegría, pasión y extraversión, es reconocido por sus
cualidades técnicas más que tácticas. La impronta e ingenio para resolver
situaciones en el campo de juego, son incomparables. Hace algunos años, ciertas
confusiones tácticas le llevaron a perder algunas de sus características
principales, afectando a las categorías formativas en su afán por introducir
otros sistemas de entrenamiento no acordes a su vivir y sentir. A pesar de
ello, aún se los ve jugando por las calles, por las playas, alimentando la
pasión y esperanzas por un futuro mejor que muchas veces se trunca por
tentaciones fuera del fútbol que los hace fracasar en su intento.
El
jugador español, con un alto nivel técnico, resulta de una combinación de lo
europeo con lo latino. Posee un alto grado de comprensión del juego, y ha
evolucionado en gran medida por la presencia de grandes futbolistas a nivel
mundial. Existen muchos jugadores con gran talento que no pueden trascender por
la superpoblación existente de jugadores comunitarios y extranjeros, lo cual obstaculiza
su acceso a la alta competencia. Sin la fortaleza física de jugadores de otros
países europeos como los nórdicos o británicos, igualmente logra prevalecer en
base a las cualidades mencionadas y espíritu colectivo.
En
otros países como Rumania, Irlanda, Israel, Marruecos, etc, los jóvenes poseen
pasión por el fútbol, y aunque son esporádicos los jugadores locales que
trascienden a nivel internacional, los modelos de jugadores que juegan en otros
países, los llevan a amar el fútbol y a intentar superarse. Ciertas
programaciones en los entrenamientos de los más jóvenes buscan objetivos a
corto plazo sin una progresión adecuada a los procesos metodológicos
recomendables, y algunos jóvenes con obligaciones civiles en edades críticas
(ejército) que no les permiten llegar a mayores niveles de rendimiento.
Concluyendo
la respuesta, y a raíz de esta pregunta que me vincula a mis experiencias en el
extranjero, me gustaría comentar y dejar un sencillo mensaje relativo a que un
factor clave para el logro de objetivos cuando se entrena o instruye
Entrenadores en otros países, es intentar adaptarse de la mejor manera a los
hábitos y costumbres de los locales, fomentando un sentimiento de empatía con
nuestros jugadores y asistentes, y todo quien se relacione con el trabajo
profesional que realizamos.
Por último, y
quizás a modo de enseñanza recogida en años de victorias y derrotas, éxitos y
fracasos, aciertos y errores, me quedo con la frase de Ambrosio de Milán, ‘Cum Romae fueritis, Romano vivite
more’(‘”Cuando vayas a Roma, vive como un romano). Esto nos permitirá
conocer más y mejor el fútbol local y su entorno, además de las enseñanzas de
vida que nuestra profesión nos regala a diario.
Tus preguntas son
muy interesantes y requieren de profundas reflexiones para escribir sus
respuestas, por lo cual merecerían algo más extenso. Cada una de ellas podría
constituir largas charlas. De todas formas, he intentado dar algunos conceptos
que desarrollo básicamente en mi último libro. Espero haber satisfecho tus
expectativas.
Muchas gracias.