El temor al éxito que nos eliminó de la Copa


Por.- Armando Anaya



Lo más sencillo para un técnico es culpar de su derrota a los demás, eso no deja de ser conformarse con su zona de confort.

Miguel Herrera tuvo la suerte de dirigir un país acostumbrado a la derrota y que ha hecho de la cultura del fracaso una apología social.

Se habla de miedo al fracaso, pero pocos saben que también existe el tropiezo provocado inconscientemente por el jugador, por temor al triunfo. Nos ponemos nerviosos viendo cómo pasan los minutos e inesperadamente vamos ganando, eso es porque no nos vemos ganadores.

Otras veces he dicho que “el fútbol se reivindica cuando respetamos la estética de su juego” pero hoy fuimos injustos y arrogantes con él y nos la cobró caro por conducto de Holanda.

No nos vemos como triunfadores porque “adulamos el pasto verde del jardín de enfrente”.  Las tácticas ajenas, las formas de entrenamiento, incluso los cuerpos ajenos.

Como entrenadores formativos, como padres o como maestros tenemos tres responsabilidades sociales ante estas circunstancias: 1) quitar de tajo de la mente de nuestros  niños, el miedo al éxito y  a la  glorificación de la cultura de la derrota  haciéndoles ver que se vale escudarse de nuestras propias fallas 2) contribuir en su formación mediante comentarios sensatos que no busquen culpables  y 3) se pueden lograr muchas cosas poniéndoles empeño y preparándonos para obtenerlo, no se vale hacer que formamos apelando al pesimismo. Los sueños si se cumplen.