¿Quieres ser futbolista? Necesitas leer primero esto

No es fácil ser un destacado jugador profesional en ninguna parte del mundo.
Se dice que la mayoría de los niños cuando se les cuestiona sobre qué profesión les gustaría ser de adultos, la mayoría contesta “doctor, súper héroe o policía”. Con el paso de los años y conforme van socializando, la profesión del futbolista es una de las más deseadas por los niños y adolescentes; sin embargo hay que considerar que ésta es absolutamente distinta a todas las demás. Mientras mejor y más a fondo se conozcan las características de esta actividad en particular, se podrán evitar mayores frustraciones y decepciones que pudieran influir en el desempeño y vocación del futuro futbolista profesional:

1. Lo primero que debe comprender y aceptar quien tenga la inclinación por esta profesión, es que son otros individuos quienes decidirán si voy a ser o no jugador profesional: generalmente el camino inicia en las divisiones inferiores de un equipo profesional, sin antes no haber pasado por una escuela de fútbol, la mirada de un visor o en algunos casos la “ayudadita” de alguien vinculado con el club.
2. Su actividad lucrativa dura entre 10 y 12 años, salvo contadas excepciones de antaño, cuyas carreras de los futbolistas se mantenía hasta los 20 años de desempeño profesional. Se gana mucho dinero en poco tiempo, pero su vida profesional activa es muy corta.
3. Los sacrificios para llegar son incalculables, pero lo son más aquellos que deben hacerse para no ser un “elemento más” o un jugador “del montón”. El futbolista profesional debe intentar sobretodo sus primeros años estar en las mejores condiciones, por si acaso llega alguna convocatoria a su selección nacional.
4. Debe estar consciente que ésta es una profesión en la que se pasan muchas horas, semanas y hasta meses fuera del hogar, que al principio (de juveniles) todo es novedad, pero con el paso de los años se convierte en un ritmo de vida tan monótono como estresante.
5. Los fines de semana cuando otros ganan más por trabajar o cuando la mayoría descansa, él desarolla su labor más importante.
6. Como hombre público y popular está expuesto a voraces críticas de la prensa o de la gente común que lo llegan a ofender e incluso a gredir y calificar como “traidor a la patria” o elogiarlo y elevarlo comparándolo con semi – dioses.
7. Pierde parcialmente y a veces por completo su intimidad. En el equipo comparte dormitorios, regaderas etc. Fuera de él es siempre asediado en sitios nocturnos, centros comerciales, zonas turísticas etc.
8. Debe contar con una familia (padres, esposa e hijos) que lo apoye en los momentos difíciles y comprenda la dinámica de su profesión.
9. Debe ser mesurado tanto en el éxito como en el fracaso. El primero lo debe tomar con gusto “medido” y el segundo como una experiencia “dolorosa” propia de su profesión.
10. Debe vivir en función y para su profesión. Aún sin actividad (receso de los torneos) debe cuidar su cuerpo y no caer en los excesos, si desea mantenerse en el ámbito del alto rendimiento por mucho tiempo. Es común encontrarse futbolistas profesionales de vacaciones practicando jogging por las mañanas o acudiendo al gimnasio para no perder la forma.
11. Debe estar consciente que los derroches físicos o el ritmo de vida de “súper hombre” de la juventud, los pagará en la madurez.
12. Los excesos en la alimentación, el sexo o los desvelos, le están prohibidos si desea mantenerse en la cúspide.
13. Las relaciones públicas tendrán vital importancia para su carrera. Debe saber tratar a la prensa, dar una imagen respetable, ser congruente con sus pensamientos y acciones etc.
14. Está sujeto a cambios de club, de residencia, incluso de país. Debe comprender que en esta profesión son comunes los cambios de compañeros y entrenadores. Hay jugadores que tienen en su haber más equipos donde han jugado que años de ser futbolistas.
15. Debe saber transmitirle a sus hijos lo que significa su profesión, pues son éstos quienes más pueden verse afectados por su mal desempeño o su fama.

16. Debe saber que hay futbolistas de primera, de segunda, de tercera y de élite. No necesariamente tiene que ver con tu calidad o condiciones, sino con la suerte que vayas teniendo a lo largo de tu carrera. Por ejemplo hay quien dio el mejor partido de su adolescencia y tuvo la fortuna de que lo estaba viendo un promotor del fútbol europeo y con eso le cambió la vida. ¿Qué hubiera pasado si a Messi nadie lo observa jugar? Por otra parte, hay que comprender que la demanda de jugadores es mucha si recordamos que se necesitan piernas fuertes y jóvenes para los equipos de segunda o tercera división.

El futbolista que no quiera o no acepte las características inherentes a su actividad corre el riesgo de vivir una vida madura llena de frustraciones y amarguras caracterizadas por la introversión o la hosquedad. Como observamos es indispensable el apoyo (no sólo familiar sino también de entrenadores y directivos) que sirva para comprender los pormenores de su actividad y lo que la sociedad espera de ellos (sobretodo a los jugadores más jóvenes).


Si realmente después de haber leído este post sigues con la firma convicción de ser futbolista, también toma en cuenta que no todos ellos ganan cifras millonarias como Messi o Cristiano.