El visor de fútbol se confiesa....

¿Cómo le hacemos para reclutar talentos?
¿Donde se encuentran a los futuros futbolistas?
¿Qué observamos?

Tener mucho cuidado con pseudoentrenadores de los primeros equipos, buscadores de talentos o falsos promotores. Cuando el niño tiene talento en una o en otra ocasión se le va a presentar la oportunidad sin vejigas para nadar...

Las palabras de los visores son muy similares. La gente que busca futuros futbolistas profesionales llega con ciertos parámetros que debe satisfacer, sino el gasto es innecesario para el club donde laboramos; traer por ejemplo, un lateral desde el norte del país sólo porque su juego es virtuoso y no superará al lateral que ya tiene esa categoría en nuestro club no sirve de mucho.

La búsqueda comienza detectando torneos estatales, eliminatorias, cuadrangulares, copas estudiantiles y olimpiadas nacionales. Por lo regular los clubes ya tienen un calendario proporcionado por la CONADE, la SEP o las asociaciones estatales para irles dando seguimiento cuando llegue su momento, otras veces hay particulares que organizan torneos de una semana y ofrecen premios atractivos para que lleguen los mejores equipos.

Los clubes envían a un par o más de profesores a buscar porteros, laterales, centrales, delanteros o lo que esa categoría necesite; lógicamente si encuentran un buen defensa aunque hallan ido por delanteros no le dicen que no y lo comparan ya en el club con el que estuvo registrado el torneo pasado.

No se crea que todos los visores andan por los pueblos recónditos o los barrios bajos de la ciudad buscando una aguja en un pajar, desde luego que se llega a dar el caso de niños jugando en los patios de la iglesia de la comunidad y ahí estaba Cristiano del Real Madrid.

Hay visorías exclusivas que se hacen para clubes en particular y se anuncian en la prensa y hay visores en los torneos que llegan con una misión determinada. Una práctica común en ambos casos consiste en ir viendo por dos minutos o menos a cada uno de los once integrantes de cada equipo y anotar el número de casaca para una segunda oportunidad. Se comienza con el portero, luego se observa al lataral derecho, enseguida al central y así consecutivamente hasta llegar con el centro delantero. En caso de haber detectado algo "valioso" en esos 20 minutos, la mirada regresa y se focaliza exclusivamente en los elegidos.

En caso de que la cosecha ese  día haya sido bastante fructífera, se toman en cuenta varios aspectos que vayan marcando ligeras pero valiosas diferencias. Si hubieron dos laterales de buenas hechuras detectados, se observa quien está mejor en técnica individual, después quien tiene mejor aspecto físico y finalmente quien muestra mejor temperamento; con eso se elige al mejor de esos dos.

Una vez registrados los nombres de los elegidos, el visor entra en contacto con los tutores del jugador para explicar sus intenciones y solicitar formalmente el permiso para probarse en la sede del club, d hecho los padres de familia deben otorgarle un permiso por escrito al menor así como una carta compromiso.